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5 de marzo de 2014

Inflación Argentina: Los Empresarios “tienen” la culpa. Por Germán Fermo.

El título de este artículo se refiere a una frase que en los últimos meses se escucha con cierta asiduidad:

“Inflación Argentina: Los empresarios tienen la culpa”


Veremos entonces qué condición matemática debe darse para que esta afirmación sea correcta. El objetivo de esta nota será entonces encontrar una vacuna inmunizante contra la perversa maldad empresarial que afecta a la economía argentina y anticipo la conclusión: los precios no pueden subir en forma sostenida y generalizada sin una complicidad monetaria que convalide dichos aumentos
Pregunta: ¿tener un país lleno de empresarios malvados es una condición suficiente para generar inflación?
Respuesta: NO
La inflación se define como: “el aumento sostenido y generalizado del nivel de precios”. En criollo, el aumento aislado de algunos precios no es inflación, para que la misma se genere se requiere que “todos” los precios suban en forma sostenida, de ahí la generalidad en el proceso. O sea, la inflación no puede ser el resultado de un grupo de empresarios perversos y malvados subiendo precios, al ser la inflación un fenómeno general que afecta a todos los precios, bajo este marco si hay inflación es porque todos los empresarios son malvados. Entonces: ¿vivimos en un país “único” en donde todos los empresarios son malditos? ¿Y si así fuese, cómo nos inmunizamos?
Intentaremos identificar qué condición matemática tiene que darse para que en un mercado de empresarios malvados y perversos sea posible subir precios despiadadamente. Otra vez más, acudo a la Ecuación Cuantitativa de Dinero:
Mv = PQ
En donde “M” es la oferta monetaria, “v” la velocidad de circulación, “P” precios y “Q” producto. Normalmente “v” y “Q” se comportan muy establemente en el corto plazo, por lo que toda la acción la absorben “M” y “P”. 
Supongamos entonces que de golpe todos los empresarios comienzan inescrupulosamente a subir precios (lado derecho de la ecuación). En este contexto y en búsqueda de la vacuna alquímica contra la maldad empresarial nos preguntaremos si: ¿es matemáticamente posible que eso ocurra? (lado izquierdo de la ecuación).
Bien, si “M” permanece constante resulta imposible observar un aumento sostenido y generalizado en precios. Obviamente que siempre estará un avivado que te quiera sacudir con un aumento de precios muy por encima de lo aceptable, pero en una economía en donde no crece “M” o sea, la oferta monetaria, toda suba generalizada de precios implementada por empresarios malvados no sería convalidada por el mercado por una sencilla razón: no habría Pesos suficientes para comprar todos los bienes a los nuevos precios (si el lado derecho de la ecuación crece sin que crezca el izquierdo pues bien, no hay trade y por lo tanto no hay convalidación de la suba y los precios volverían a su situación original).
Con lo cual hemos encontrado entonces la “vacuna” contra la maldad empresarial argentina! GUALÁ!BINGO!: no emitamos moneda y los empresarios malvados y perversos no podrían subir precios en forma sostenida y generalizada. Precisamente, la convalidación de la suba generalizada de precios sólo puede efectivizarse si el crecimiento en la oferta monetaria “M” los justifica. Lo verdaderamente interesante es que aún bajo el supuesto de empresarios malvados, si no existe emisión monetaria convalidante sería imposible generar inflación, la maldad empresarial entonces sería inócua. 
A esta altura de los acontecimientos, seguir negando a la inflación como un fenómeno esencialmente monetario desafía una ley básica de la economía monetaria. Con maldad empresarial criolla o sin ella, es imposible observar una suba generalizada y sostenida de precios sin que el crecimiento en la oferta monetaria lo acompañe a menos que uno permita un colapso en “Q”. Aún con empresarios malvados y perversos, en ausencia de expansión  monetaria, una suba sostenida y generalizada es matemáticamente imposible.
En Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Suiza, Canadá, Estados Unidos, Europa, Australia o Japón, por citar algunos: si los empresarios pudiesen subir precios hasta el infinito, ¿no lo harían porque son “buena gente” o simplemente porque la ortodoxia monetaria de sus respectivos bancos centrales se los impide?
Insisto, se hace indispensable ANCLAR a la economía argentina con un plan anti-inflacionario que ataque al déficit fiscal y a su financiación con emisión monetaria, esta última la única causa relevante de inflación en Argentina y en cualquier parte del mundo. No sólo el ajuste post-devaluatorio está llevando a la economía argentina a la recesión. La incertidumbre inflacionaria frena cualquier intento de toma de decisiones de inversión lo cual es clave para el crecimiento sostenido. La falta de acuerdo en las paritarias docentes no hace más que resaltar algo que comenté un par de días atrás: se hace indispensable disponer de un plan anti-inflacionario de cara a paritarias, en paritarias nos jugamos gran parte del 2014.
El autor de este artículo es el Dr. Germán Fermo.
Germán Fermo Bio: Ph.D. in Economics, UCLA, Máster en Economía CEMA. Actualmente se desempeña como Director de MacroFinance y como Director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella. Posee una extensa carrera profesional en mercados financieros. Desde 2007 a 2011 se desempeñó como trader de credit default swaps, opciones de monedas y derivados de tasas de interés en mercados emergentes y del G10 con sede en Ginebra (Suiza), trabajando primero para Cargill y luego para Trafigura Beheer. Anteriormente fue Portfolio Manager y Estratega-Macro para el Fondo Criteria Latino dedicado al posicionamiento en bonos de mercados emergentes. También se desempeñó como Estratega-Macro y de Fixed Income del Grupo Siembra perteneciente a Citigroup, con sede en Buenos Aires. Previamente trabajó para Ernst & Young en el sector de productos estructurados con sede en New York.
En lo académico, actualmente es profesor en diversos programas de posgrado entre ellos, Maestría en Finanzas, Maestría en Economía, Maestría en Derecho y Economía y MBA, de la Universidad Torcuato Di Tella.

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